Aquí hay que detenerse para introducir un nuevo concepto, el muerto.

EL MUERTO

Justo después de que se haya jugado la primera carta, se haya salido, el compañero (o pártner) del declarante extiende sus cartas boca arriba sobre la mesa para que todo el mundo las pueda ver. Este es todo el trabajo que hará en la mano. A partir de este momento, y hasta que no se reparta una nueva mano, pasa a ser un simple espectador (de aquí el nombre de muerto) y sus cartas las jugará el declarante. Así el declarante tiene bajo su control todas las cartas de su campo, las 13 suyas y las 13 del muerto.

Los gráficos anteriores muestran un ejemplo de la mesa vista por SUR en un contrato donde él es el declarante y justo después de la salida. Norte ha extendido sus cartas sobre la mesa y todos las pueden ver. Como ahora es el turno del muerto, Sur debe escoger una de las cartas de éste y jugarla siguiendo las reglas que después veremos.

El muerto, cuando pone sus cartas boca arriba sobre la mesa, debe poner el palo de triunfo a su derecha para que se pueda recordar fácilmente a que triunfo se juega. Por tanto, en el gráfico anterior las cartas de ♦ deberían de estar a la izquierda de las demás (derecha del muerto). Aquí y en todo el programa se alternan los palos de diferente color para que se distingan mejor.

NOTA: Anticipamos que éste es un momento clave en el juego del Bridge. El declarante conoce todas las cartas de su campo y tiene que decidir el plan de juego a seguir. Es decir, trazar la estrategia que le permita cumplir el contrato. Es normal que el declarante se tome su tiempo antes de jugar la primera carta del muerto y que después intente jugar de la manera más fluida posible y a un ritmo constante, sin pausas para pensar que puedan dar pistas de qué cartas tiene. Los jugadores de la defensa deben cuidar más el ritmo de juego y no dar pistas intencionadas al compañero.
(Los planes de juego se estudian en el capítulo XIX)